Dos mujeres leyendo, Pablo Picasso |
Y=A*f(T,K,L)
La función de producción representa
la máxima cantidad que se puede producir de un bien con unos recursos, los
cuales pertenecen a las variables K (capital), L (capital humano), T (tierra,
es decir, recursos naturales). El capital humano, en términos más sencillos y
simples, es el conjunto de recursos humanos que integran una empresa o
compañía, es decir, la cualificación del
personal. Por tanto, el capital humano está en estrecha asociación con la educación
(referida a la enseñanza y aprendizaje de los conocimientos, competencias y habilidades
que adquieren los alumnos en las escuelas), ya que influyen de manera positiva
en la producción de la economía en general.
Se puede afirmar por tanto, que cuanto
mayor sea la calidad educativa, mayor serán las innovaciones tecnológicas, el
avance, el crecimiento económico y, finalmente, el bienestar social, aunque cabe
destacar que este no es el único motor de desarrollo de un país. Así es como lo
defienden Schultz, Becker y Mincer en su teoría del
capital humano.
Siguiendo, por tanto, con este planteamiento,
nos encontramos ante una situación bastante preocupante: España cada vez tiene
un peor nivel educativo, titulados de menor calidad en los que recae el futuro,
lo que puede llegar a significar un país todavía más rezagado globalmente.
Para
entender mejor la situación española actual acudimos al Programa para la
Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en
inglés), el cual, tiene por objeto evaluar hasta qué punto los alumnos cercanos
al final de la educación obligatoria han adquirido algunos de los conocimientos
y habilidades necesarios para la participación plena en la sociedad del saber,
así como ayudar a establecer metas ambiciosas para los países.
Se observa que Singapur domina al resto del mundo, seguido por Japón, Estonia,
Taiwán y Finlandia. España se encuentra en el puesto 29 (junto con la República
Checa), precedido por Suecia, y seguidos de Rusia (puntuación 32).
Del mismo modo nos fijamos en la
puntuación que obtienen los adultos en comprensión lectora en los países del
mundo, entre los años 2012 y 2015.
Como se puede observar España está
muy lejos del país puntero.
Es realmente preocupante, pero una inversión
bastante alejada de la media no soluciona el problema.
Finalmente, cabe destacar que hace
falta una modificación en el sistema educativo, cambio que debe comenzar por
los propios profesores, adaptando las lecciones y los métodos de estudio al
siglo XXI, y promoviendo las titulaciones en ciencias. De ese modo el nivel
educativo conseguirá aumentar, obteniendo profesionales de mejor calidad y
apostando de ese modo por el crecimiento del país y el avance tecnológico.
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