Pasados más de seis años desde el inicio
de la primavera árabe, Túnez es el único país en el que
se ha producido una transición a la democracia.
Sin embargo, tiene por delante una serie de retos que ha de
afrontar en el corto y medio plazo. Y es que las circunstancias del país siguen
siendo bastante complicadas: graves problemas económicos, gobierno continuado
de sistemas corruptos, temor y ataques provocados por el movimiento yihadista…
La situación geográfica de Túnez hace que su devenir esté
fuertemente vinculado al de sus Estados vecinos, los cuales, en diferente
grado, se encuentran sumidos en una situación de inestabilidad. El ejemplo más claro es el de Libia, que lleva
inmersa en una situación de anarquía política desde la caída de Gadafi en 2011.
Esto ha provocado que un elevado número de nacionales tunecinos viajaran a
Libia para participar como combatientes (González Francisco, 2016), hecho que
se podrá seguir produciendo mientras no se ponga fin al conflicto, además de la
llegada de refugiados, la continua situación de alerta…
Este mismo efecto lo tienen los taques
terroristas que se han dado. En un periodo menos a cinco años, se ha registrado
un notable aumento, cuya consecuencia principal a nivel económico ha sido el
descenso del turismo. De los 570 hoteles que hay en Túnez, más de la mitad
están cerrados, y en 2015 el ingreso por turismo fue de un 35% menos que el año
anterior (Ghilès, 2016).
Cabe señalar la complicada situación
económica a la que se enfrentan. El Gobierno se enfrenta a numerosas deudas
debidas a préstamos, y los tunecinos cada vez confían menos en él.
Pese a esto, no todos son
malas noticias. En Túnez las mujeres disfrutan de unas
libertades difíciles de encontrar en el resto del mundo árabe.
Gracias a una progresión histórica, la lista de las libertades de las mujeres
tunecinas es extensa e incluye el derecho a divorciarse, a abortar, a votar y a
postularse a cargos públicos, a crear empresas, a exigir salarios iguales a los
de los hombres. Esto es un gran progreso.
"La igualdad de las mujeres debe
ser un componente central en cualquier intento para resolver los problemas
sociales, económicos y políticos". Kofi Annan, exsecretario general de la ONU.
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